La Parroquia La Fe, Iglesia Católica, Apostólica y Romana, en jurisdicción con la Arquidiócesis de Medellín y ubicada en el Barrio Santa Fe, en Medellín, Antioquia, es un espacio dedicado a la oración profunda, la adoración, la alabanza y la evangelización pastoral convirtiéndose en un lugar especial para todos sus fieles, siempre viviendo siguiendo a Cristo, Nuestro Señor.
En el año 2013, el actual arzobispo de Medellín, Monseñor Ricardo Tobón Restrepo, consagró solemnemente con los ritos del Pontifical Romano a la Parroquia La Fe, convirtiéndola en un lugar de oración y alabanza a la excelsa Trinidad y en casa de misericordia y paz para todos hasta el día de hoy.
Teléfono: + 57 (604) 4799384
Dirección: Calle 22, 57 10
Medellín, Colombia
La ley del Señor es perfecta y
es remedio para el alma.
Los cielos cuentan la gloria del Señor,
proclama el firmamento la obra de sus manos.
Un día al siguiente le pasa el mensaje
y una noche a la otra se lo hace saber.
La ley del Señor es perfecta y
es remedio para el alma.
No hay discursos ni palabras
ni voces que se escuchen,
más por todo el orbe se capta su ritmo,
y el mensaje llega hasta el fin del mundo.
La ley del Señor es perfecta y
es remedio para el alma.
Al sol le fijó una tienda en lejanía,
de allí sale muy alegre,
como un esposo que deja su alcoba,
como atleta a correr su carrera.
La ley del Señor es perfecta y
es remedio para el alma.
Sale de un extremo de los cielos
y en su vuelta, que alcanza al otro extremo,
no hay nada que se escape a su calor.
La ley del Señor es perfecta y
es remedio para el alma.
La ley del Señor es perfecta,
es remedio para el alma,
toda declaración del Señor es cierta
y da al sencillo la sabiduría.
La ley del Señor es perfecta y
es remedio para el alma.
Las leyes del Señor son rectas
y para el corazón son alegría.
Los mandamientos del Señor son claros
y son luz para los ojos.
La ley del Señor es perfecta y
es remedio para el alma.
El temor del Señor es un diamante,
que dura para siempre;
los juicios del Señor son verdad,
y todos por igual se verifican.
La ley del Señor es perfecta y
es remedio para el alma.
Son más preciosos que el oro,
valen más que montones de oro fino;
más que la miel es su dulzura,
más que las gotas del panal.
La ley del Señor es perfecta y
es remedio para el alma.
También son luz para tu siervo,
guardarlos es para mí una riqueza.
Pero ¿quién repara en sus faltas?
Límpiame de los que se me escapan
La ley del Señor es perfecta y
es remedio para el alma.
Guarda a tu siervo también de la soberbia,
que nunca me domine.
Así seré perfecto y limpio de pecados graves.
La ley del Señor es perfecta y
es remedio para el alma.
¡Ojalá te gusten las palabras de mi boca,
esta meditación a solas ante ti,
oh, Señor, mi Roca y Redentor!
La ley del Señor es perfecta y
es remedio para el alma.